¿Alguna vez te has sentido realmente enfadado o asustado, avergonzado o solitario?
Por supuesto que sí! Ya que estos son sólo algunos de los efectos secundarios más comunes de estar vivo! Lo interesante es que, si bien podemos responder SÍ cuando se nos pregunta directamente, es posible que todavía gastemos una enorme energía tratando de no sentir estos estados emocionales tan comunes cuando surgen. ¿Porqué hacemos eso? Bueno, es una buena pregunta, una que me gustaría explorar aquí y al hacerlo cubriremos uno de los conceptos más útiles que he encontrado, uno que ha tenido un enorme impacto en mi vida.
Las emociones son como el clima
Una de las lecciones más útiles que he aprendido de la filosofía del yoga es que las emociones son como el tiempo; Son muy cambiantes, desde luego no cómo el tiempo que tenemos en la costa mediterránea, quizás más del tipo “cuatro estaciones en un día” que podrías encontrar en Irlanda. Pero dónde notamos más estos cambios son en las emociones que están más allá de nuestro control. No podemos decidir si llueve o hace sol hoy, todo lo que podemos hacer es ajustarnos a lo que hay, si hace frío nos abrigamos, si está lloviendo nos llevamos un paraguas. ¡Por mucho que nos esforcemos el tiempo no va a cambiar! Si está soleado y queremos lluvia... ¡mal!
Cuando se trata de emociones, la mayoría de nosotros queremos que esté soleado todo el tiempo, preferimos emociones "positivas" como el amor, la alegría, la felicidad y la gratitud, a las llamadas emociones "negativas o tóxicas" como el miedo, la tristeza, la ira, la desesperación y la amargura. El problema es que en alguna etapa u otra experimentamos todas las emociones, cada día un centenar o más de estados emocionales surgen dentro de nosotros. Si nos gustan algunas y no nos gustan las demás; vamos a tratar de aferrarnos a la que nos gusta y empujar a los que no nos gustan... el resultado es una tremenda tensión y miseria garantizada.
Dejando ir
Antes de que entendiera la idea de que las emociones estaban fuera de mi control, había estado sufriendo bajo la ilusión de que podía hacerme sentir sólo estados emocionales agradables si me esforzaba lo suficiente. Si me sentía mal, triste o loca pensaba que había hecho algo mal... debería haber meditado más, debería haber hecho más deporte, debería haber pensado diferentes pensamientos o comido diferentes alimentos! En verdad, podría haber hecho todo "bien" y sin embargo ser visitada por la tristeza, la confusión o el miedo. Cuando comprendí que las emociones iban y venían por su propia cuenta, fue un inmenso alivio, pues podía comenzar a aceptar lo que sentía. Era el comienzo de un viaje lejos de tratar de hacer que las circunstancias encajaran como yo quería que fueran y hacia un estado de más facilidad con cómo son las cosas.
Tener una guerra con la realidad
El profesor de Yoga y escritor Steven Cope describe la batalla entre cómo queremos que las cosas sean y la forma en que las cosas son como nuestra "guerra con la realidad". Fundamentalmente, cada vez que estamos sufriendo la causa raíz es esta guerra entre cómo queremos sentirnos y cómo nos sentimos realmente. El resultado de negar o suprimir los sentimientos no deseados que tenemos; es que perdemos la oportunidad de sentirnos bien con cómo son las cosas.
Recuerda la analogía del tiempo, si está lloviendo estamos tristes, si está soleado estamos felices y aunque sabemos que no va a durar pasamos nuestros días persiguiendo esta felicidad temporal y huyendo de (o suprimiendo) una tristeza temporal. Es agotador e inútil y terminamos ansiosos no sólo por cómo nos sentimos, sino también por quiénes somos y cómo es nuestra vida.
Aceptación
Lo que sana la brecha insatisfactoria entre cómo queremos sentirnos y cómo realmente nos estamos sintiendo es la práctica de la aceptación. Recuerda que ningún esfuerzo que hagas por querer que el sol salga cuando está lloviendo, va a marcar la diferencia, así que es hora de dejar de luchar una batalla perdida. Un buen punto de partida es despertar, por estos sentimientos incómodos, la misma curiosidad que tendrías al conocer a una persona nueva. Reunir esos sentimientos previamente rechazados es fascinante. Lo que encontramos es que estos estados molestos no nos aterran tanto cuando elegimos conscientemente estar con ellos, en lugar de huir de ellos.
Algunos estados son más desafiantes que otros, ¿quién realmente quiere sentirse avergonzado o solitario o lleno de miedo? No estoy diciendo que esto vaya a ser divertido o fácil, necesariamente, pero es un alivio sentir realmente lo que ha estado allí todo el tiempo. Cada vez que sientes un estado emocional incómodo sin huir, empiezas a desmontar esa tensión que acumulabas tratando de evitar sentirla. Conseguirás ser capaz de dar la bienvenida a todos estos sentimientos que son sólo partes diferentes de ti mismo, ninguna parte de ti necesita estar en el exilio más, todas las partes de ti son bienvenidas.
Bienvenida
Así que la teoría es muy simple, sentir lo que surge, tanto si es una emoción agradable o desagradable. Yo sugeriría comenzar con una práctica diaria de observación silenciosa durante 2 minutos. En este momento siéntate o túmbate en algún lugar dónde no vayan a interrumpirte, cierra los ojos y toma conciencia dentro de tu cuerpo y siente lo que está presente. Es un poco como asomar la cabeza por la ventana para ver qué tiempo hace, pero esta vez estás echando un vistazo dentro de ti mismo. Pregúntete cómo
te sientes. ¿Está soleado y cálido y pacífico ahí dentro, o hay una tormenta que rabia con vientos salvajes o quizás algo intermedio?. Lo crucial es no juzgar lo que encuentras sino descifrar lo que sientes. Imagina que estás abriendo la puerta a una buena amiga, al abrir la puerta no sabes si está eufórica y sonriente o molesta por algo y llorando, de cualquier manera, la recibes. Pues ten la misma cortesía contigo mismo y da la Bienvenida a lo que encuentres, no importa en qué estado estés.
Si te resulta difícil sentir algo, intenta mentalmente visualizar los eventos del día en bloques de una hora y ver si desencadena cualquier estado emocional que observar. Con la práctica puedes comprobar tu estado emocional durante todo el día, sólo toma un momento para llevar conciencia dentro de ti y sentir lo que está pasando ahí dentro. Con el tiempo serás capaz de mantenerte al tanto de los sentimientos incómodos que están surgiendo incluso en situaciones realmente difíciles.
Consejos Importantes:
Evita la historia
Trata de evitar involucrarte en la historia de PORQUE te sientes cómo te sientes, para nuestro propósito de hacerte amigo de tus sentimientos el por qué no es importante, puede fácilmente convertirse en una distracción de la sensación, que es nuestra meta.
La aceptación no es lo mismo que ser pasivo
Aceptar cómo te sientes momento a momento no es lo mismo que ser pasivo y aceptar las circunstancias de tu vida que realmente necesitas cambiar. Por ejemplo, puedes observar una sensación de frustración que surge con frecuencia. Realmente sentir la frustración y aceptar su presencia (sin desear que no esté allí y sin crear una historia sobre por qué está ocurriendo) te permite estar cómodo con la observación de la sensación en ti mismo. Aprovechar y aceptar nuestros verdaderos sentimientos puede ser un catalizador para cambiar y crecer ya que ya no estamos entumecidos, ya no hay un conflicto con nosotros mismos. Sentir frustración surge regularmente y aceptar su presencia puede conducir a embarcarse en un nuevo camino, tal vez más de acuerdo con tus deseos profundos en la vida. Curiosamente, cuanto más nos podemos abrir a sentir las emociones incómodas como el miedo y la soledad, más abiertos estamos a sentir las emociones agradables como el amor y la alegría.
No estas solo
Nunca estás solo. Si te sientes abrumado por el dolor, por ejemplo, imagina a todos los miles de millones de seres humanos en todo el mundo, y en el mismo momento en que estás afligido muchos miles de otros también están en ese mismo estado. Somos todos humanos, todos tenemos los mismos desafíos y experiencias. Puede ser un pensamiento reconfortante.
A veces este trabajo trae consigo sensaciones y sentimientos que son muy poderosos y desafiantes. Si te sientes abrumado y asustado encuentra un profesional que te apoye en en el proceso, como un psicólogo o consejero.
Espero que estas ideas y prácticas te ayuden tanto como me han ayudado a mi. Es una tarea continua, pero vale la pena el esfuerzo.